Lo que conocemos como Monterrey, es un área urbana constituida por ocho municipios conurbados y una población total de más de cuatro millones y medio de habitantes.

El modelo urbano dominante en todo el país desde la segunda guerra mundial, ha sido el de ciudad extensa y zonificada, de muy baja densidad, con un crecimiento explosivo en su caso… (mientras la población en los treinta últimos años en México, se ha duplicado, la mancha urbana de sus principales ciudades – Monterrey entre ellas - ha multiplicado por seis su superficie)

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Este modelo improvisado y caótico de desarrollo urbano, multiplica las distancias y aleja las dotaciones y servicios de las zonas residenciales, lo que unido a un sistema de transporte público fragmentado, desprestigiado e ineficiente y a políticas municipales que han descargado sobre los ciudadanos el mantenimiento de las aceras en el frente de sus viviendas, permitiendo su fraccionamiento y apropiación, ha traído como consecuencia que la gran mayoría los desplazamientos se realicen en automóviles particulares. De hecho, el parque móvil del área metropolitana, no ha parado de crecer, pasando de poco más de medio millón de vehículos censados en 1995, a más de dos millones en 2015, con los problemas que un tráfico motorizado masivo y creciente conlleva: congestión, contaminación, accidentes, ocupación y degradación de un espacio público puesto a su servicio…etc.